domingo, 14 de junio de 2015

Parque Jurásico, (Steven Spielberg, 1993)

Jurassic Park, (Steven Spielberg, 1993), supuso un fenómeno comercial sin precedentes en el mundo del cine. La película recaudó más de mil millones de dólares, generó un merchandising que superó a cualquier producción hasta ese momento y desencadenó una fascinación por los dinosaurios que ha continuado hasta nuestros días.
Durante casi cien años el cine había recreado los dinosaurios a través de dibujos, figuras articuladas que simulaban el movimiento mediante stop-motion y actores metidos en disfraces. Ahora, por fin, podíamos ver dinosaurios “de verdad”, que tenían textura y movimientos fluidos, que generaban sombra, se reflejaban en las superficies brillantes e interactuaban de forma natural con los personajes reales.
Spielberg trabajó con los mejores especialistas en cada campo: miniaturas, figuras mecánicas operadas por control remoto e imágenes generadas por ordenador y combinó estos recursos para hacer creíbles los dinosaurios. El resultado fue deslumbrante y supuso un antes y un después en la utilización de los efectos digitales en las películas.
Sorprendentemente, la mayoría de los críticos se abalanzaron sobre la película como auténticos Velociraptores. Se acusó al film de esquematismo, de falta de profundidad en la caracterización de los protagonistas y, en fin, de mero producto comercial de entretenimiento. No se dieron cuenta de que Jurassic Park es una trepidante película de aventuras en la que los protagonistas son…, los dinosaurios.

Spielberg contó, como siempre, con John Williams que creó una banda sonora magnífica con un tema central que ya es parte de la memoria musical del cine. Como ejemplo la magnífica secuencia de la llegada a la isla, que acaba con el descenso vertical del helicóptero y que se acompaña con una maravillosa música que ayuda a transmitir la fascinación por el exótico paisaje.
También contó con su montador habitual, Michael Kahn, que realizó un extraordinario trabajo con aroma de cine clásico. Como ejemplo el montaje en paralelo de Ellie Sattler (Laura Dern) reiniciando el sistema que alimentará de corriente a la valla electrificada que sirve de contención para los dinosaurios y por otro lado a Tim Murphy (Joseph Mazzello) trepando por la citada valla.
Acierta Tomás Fernández Valenti en su reflexión sobre el cine de Steven Spielberg:
“El estilo de Spielberg a la hora de planificar, filmar y montar, es representativo de una actitud hacia el “viejo cine de Hollywood” que no es sino una trasposición y puesta al día mediante el empleo de tecnología fílmica moderna de los patrones narrativos tradicionales. […] El cine de Spielberg es posmoderno, o si se prefiere, cine-hecho-de-cine.” (Tomás Fdez. Valenti en Dirigido por Nº:443, Marzo de 2014).
Jurassic Park es un estupendo film de aventuras, terror y catástrofes que atrapa al espectador desde la primera escena en la que vemos las extraordinarias medidas de seguridad y la tensión en los rostros de los hombres que se encargan de la recepción de un contenedor en el que se transporta un Velociraptor que acabará devorando a uno de los operarios. El espectador apenas ha podido ver un ojo de la criatura pero la tensión y la expectativa ya está creada y flotará sobre toda la película.
El director y sus guionistas (Michael Crichton, autor de la novela y David Koepp) se preocupan de anticipar cada acción de los dinosaurios de tal forma que cuando la acción se produce ya estamos en tensión pues anticipamos lo que va a suceder. De esta forma se subraya la sensación de peligro. Por ejemplo: la descripción que Alan Grant (Sam Neill) le hace al niño sobre el método de caza de los Velociraptores al principio de la película y que, más tarde, veremos en el ataque al jefe de seguridad. La aparición del Tyrannosaurus Rex precedida de un inserto del vaso de agua en el que se producen ondas con cada paso del animal (que no vemos), la plataforma de la cabra que servía de cebo, ahora vacía, la pata del Tyrannosaurus que se asienta sobre el barro, la pupila que se dilata, etc.

Spielberg lleva el lenguaje cinematográfico en la sangre, (o en el ADN), y se sirve de él para concebir magníficas escenas y momentos brillantes como la llegada a la isla, la expresión asombrada de los visitantes ante la visión del Braquiosaurio, el ataque del Tyrannosaurus Rex bajo la lluvia, la estampida de Gallimimus, el acoso de los Velociraptores a los niños, en la cocina entre superficies metálicas, el asedio al jefe de seguridad con la imagen de la serpiente que nos va guiando hasta el ojo del Velociraptor, el montaje paralelo cuando Alan Grant y los niños trepan por la valla electrificada, la persecución del Tyrannosaurus Rex al jeep con la terrorífica imagen del dinosaurio en el retrovisor, etc., escenas, todas ellas, que ya forman parte de la historia del cine.
PD: En 2013 se reestrenó una versión en 3D.

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