martes, 5 de abril de 2016

Leer el cine: "Nadie es perfecto"

Introducción          

  Hubo un tiempo en que el cine se veía pero también se leía.
            Internet y la extensa oferta audiovisual que nos asalta a diario lo ha cambiado todo; los espacios dedicados a libros de cine, en las librerías generales, han ido menguando hasta desaparecer y las librerías especializadas han ido cerrando una tras otra hasta quedar reducidas a unas pocas, en unas pocas ciudades. La oferta se limita, casi exclusivamente, a lo que las tiendas online nos ofrecen desde la frialdad catódica de sus escaparates.
            A pesar de todo, me he animado a publicar una serie de artículos con reseñas de libros de cine porque creo que el cine también se lee. 
Nadie es perfecto
Hellmuth Karasek, Billy Wilder
Editorial: Grijalbo, 1993 / Mondadori, 2001
Págs.: 468 / 504

-          Usted ha trabajado para muchos grandes directores…
-          No, no, yo sólo he trabajado para dos grandes directores, para Von Sternberg y para Billy Wilder.
Marlene Dietrich contestando a la pregunta de Peter Bogdanovich, en su libro “Picture Shows”.
            Billy Wilder (1906-2002), estuvo nominado al Oscar, doce veces como guionista y ocho veces como director. Lo ganó tres veces en el apartado de guion y dos en el de dirección. Es el autor de una veintena de obras memorables. Dirigió su última película en 1981.
Billy Wilder es uno de los guionistas más brillantes que ha dado el cine y uno de los directores más inteligentes de la historia. Ambas características, la brillantez y la inteligencia constituyen la base de este libro que recorre su vida y su obra. Wilder va salpicando el texto con anécdotas de rodaje, opiniones sobre actores y directores y, en fin, convirtiendo el libro en una auténtica crónica de la historia de Hollywood desde sus comienzos hasta casi nuestros días.
           
El libro no es una biografía en el sentido clásico del término. Se trata de una serie de conversaciones entre Billy Wilder y Hellmuth Karasek (guionista, comediógrafo y director del Instituto de Teatro de Hamburgo) que se complementan con algún material biográfico, reflexiones sobre el cine, su método de trabajo, etc.
Lo que hace del libro una lectura imprescindible para todos los que amamos el cine es la personalidad de Billy Wilder, un personaje agudo, ácido, sardónico y perspicaz que dota a esta biografía de una cualidad casi cinematográfica.
William Holden dijo que “su mente estaba llena de hojas de afeitar”.
Fernando Trueba, cuando recogió el Oscar por “Belle Époque” dijo: “Quisiera creer en Dios para darle las gracias, pero sólo creo en Billy Wilder. Gracias míster Wilder.”
Michel Hazanavicius, cuando recogió el Oscar porThe artist”, dijo: “Quiero dar las gracias a tres personas. Gracias a Billy Wilder, gracias a Billy Wilder y gracias a Billy Wilder”.
Ya hace tiempo que nos dejó Billy Wilder y nadie ha sido capaz de ocupar su lugar, nadie hace las películas como las hacía él.
“[…] nadie tiene su talento para acercarse a la verdad a través de la mentira” (Gregorio Belinchón, El País, Enero de 1994).
En el libro, Wilde, cuenta que una de las frases de Marilyn Monroe en “Con faldas y a lo loco” (Where is the Bourbon?) “tuve que filmarla ochenta veces” a lo que Hellmuth Karasek apostilla: “En la última entrevista, que había leído de él, habían sido 63 veces”.


Wilder tenía en su despacho un cartel en el que se podía leer: “¿Cómo lo haría Lubitsch”. En el cine, viendo una película, muchas veces me he preguntado: ¿Cómo la hubiera hecho Billy Wilder”.

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